Y SIN EMBARGO…

Con el pretexto de la posible insolvencia del estado en Grecia, el contagio a Portugal, Irlanda y España (los PIGS), se ha producido un giro de 180 grados en las políticas de aire keynesiano que se aplicaban para salir de la crisis.  La  prioridad  ya  no  parece  ser  la recuperación de la economía en su conjunto, sino la supresión de los déficits públicos con el fin de asegurar al sistema financiero el cobro de los préstamos hechos a las empresas y a los estados de cada  uno  de  los  países  de  la  Unión Europea, unos préstamos que fueron hechos para afrontar la crisis que el mismo sistema financiero había provocado.
Todo en nombre de los mercados y ante la amenaza de los mercados.

¡Atención! Referirse a las imposiciones anteriores como el “dictado de los mercados” es una fórmula de enmascarar la realidad. Pues los mercados no representan unas leyes de funcionamiento ineludibles, una especie de ley de gravitación universal de la economía. Los mercados tienen nombres y apellidos, denominación social, en todo caso. Se les pudo ver, por ejemplo a finales de septiembre de 2010 en la primera página de la mayoría de los diarios nacionales que hacían referencia a la reunión en Nueva York, en Wall Street, a la que acudió el presidente Rodríguez Zapatero para asegurar a los mercados que el Estado español aceptaba e iba a cumplir sus imposiciones.

Por tanto, en el horizonte se nubla incluso la democracia. Y, como puede apreciarse, no existen garantías de que estas propuestas comporten avances para la mayoría de la población a pesar de lo que se viene anunciando por los medios de comunicación oficiales o extraoficiales. . .
. . .   «Los  mercados  desconfían  de  la solvencia de países enteros, España, Grecia, Irlanda, Portugal…». Con lo cual intervienen en el país, imponen políticas  económicas  perjudiciales
para la población y beneficiosas para los mercados, para los mercaderes  que  son  los  que  provocaron  la crisis y los déficits…
En  resumen,  «diguem  no»  y  analicemos estas propuestas desde criterios transformadores en beneficio de la mayoría. . .

. . .La reforma estructural del mercado de trabajo no es un añadido cualquiera a la exigencia de recorte del Estado de Bienestar. Esa reforma estructural pretende liquidar las formas de defensa de los trabajadores –la negociación colectiva, las asociaciones obreras, los sindicatos–  para  abaratar  drásticamente  los costes laborales y así recuperar las tasas de ganancia y alimentar por este medio lo que hemos denominado fundamentos de  la  liquidez  en  el  casino  financiero global.  Así  se  cierra  el  círculo  de  los mercados, comenzaron provocando una crisis global del sistema y tratan de resolverla garantizando e incrementando su tasa de beneficios.

http://www.fespinal.com/espinal/llib/es173.pdf

 

 

Deja un comentario